Empresa, estructuras y caleidoscopios (1)

Hola a todas y todos!

Después de 10 días de no postear, vuelvo a mis quehaceres en este Blog, así como a la actividad profesional. Y hay algunas cosas que quiero compartir. Antes que nada, agradecer a los cientos (sí, han sido cientos!) de visitas a mi último post donde dejé un par de capítulos de mi libro. Gracias por el interés y por los comentarios 🙂

Otra cosa curiosa, ha sido ver cómo, en estos días de vacaciones, este blog ha ganado lectores nuevos, suscriptores nuevos, por tanto, nuevos ojos-oídos con los que comunicarme. Haz click en el rectángulo rojo READ MORE, abajo, y sigue leyendo… Durante estos días de descanso, ha habido muchos visitantes del blog que han aprovechado para leer posts antiguos, incluso algunos han paseado por el Blog desde sus inicios.

Y una curiosidad, es que el post más leído, y mejor valorado es éste que habla de Organizaciones Neuronales

Tal vez por eso, al recomenzar el tiempo de actividad, quiero hacer otra reflexión. Es verdad que las Empresas pueden ser pensadas como Organizaciones neuronales. También es verdad que otras veces pueden ser vistas como Caleidoscopios.

El caleidoscopio es un juguete óptico inventado por David Brewster en 1816. Consiste en un tubo en cuyo interior se colocan unos trozos de vidrio de distintos colores que, al reflejarse en tres espejos planos, pueden llegar a formar infinitas combinaciones de dibujos conforme lo vamos girando

Para mí, un caleidoscopio es uno de los objetos más hermosos que existen.

De hecho, los colecciono y los regalo como algo preciado.

Un caleidoscopio es un objeto a través del cual se pueden ver cosas maravillosas, que nacen sólo del movimiento de diferentes cristales de color, que con la luz y el cambio del punto de observación, pueden permitir ver esto:

Y las Empresas, con toda su riqueza, con todos sus ángulos, con todos sus componentes, con todas sus perspectivas, con todas sus potencialidades, son para mí como caleidoscopios. Dependerá de la manera en que se mira, en que se mueva, en que se ponga frente a la luz del exterior, que muestre sus mejores resultados.

También he de confesar aquí que, hace años que mi definición de un imbécil es:

«Aquél que, fascinado ante la belleza de las imágenes que ve a través de un caleidoscopio, incapaz de entregarse a su magia, abre el tubo, frenéticamente, y se queda con un tubo opaco en una mano y varios cristales de colores en otra.»

Feliz vuelta de vacaciones a todos!